Propuestas para hablar

Los legisladores de Morena no son ni representan un poder independiente. En lo que a ellos respecta, el Poder Legislativo es simplemente un apéndice, el brazo ejecutor del Poder Ejecutivo, es decir, del Presidente, a quien le aprueban sin chistar, y sin modificarle siquiera una coma, todas las iniciativas antidemocráticas que propone, y que tienen un solo fin: controlar todo, lo que en la práctica significa la instauración de un régimen totalitario con disfraz demócrata, para hacer lo que les venga en gana, sin contrapeso o impedimento alguno y asegurarse de que las posibilidades de triunfo de la oposición en futuras elecciones sean prácticamente nulas, tal y como ocurre en países como Venezuela, Cuba o Nicaragua, en los que los opositores o son inhabilitados o terminan en la cárcel en calidad de presos políticos.

Mientras la oposición tenga los votos necesarios para impedir que Morena apruebe todo lo que el Presidente quiera, la democracia seguirá viva.

Ahora bien, ¿por qué el Presidente envía de golpe (¿de Estado?) 20 propuestas para modificar la Constitución a sabiendas que la mayoría de ellas no serán aprobadas, particularmente las que tienen que ver con modificaciones al Poder Judicial y al INE, con el traslado de la Guardia Nacional a la Sedena y con la eliminación de los organismos autónomos que vigilan y sirven de contrapeso al Poder Ejecutivo?

Lo hace porque así deja en el discurso de campaña de su candidata, y en la mente de los más pobres, que el país no avanza, y que ellos están como están, porque la oposición y el Poder Judicial "corrupto" y "al servicio de la oligarquía" bloquean todo lo que el Presidente propone, y por eso precisamente hay que hacer que los jueces y magistrados sean elegidos por el pueblo (obviamente de entre los que él mismo proponga), por eso hay que votar por ellos y eliminar a la oposición que representa el freno a su desarrollo y bienestar. Ese es el discurso que se siembra. Se trata de propuestas que sirven más para hablar que para ejecutar.

La oposición debe hacer lo mismo, enviar un paquete de iniciativas de reformas constitucionales para defender la democracia de dictadorzuelos presentes y futuros, propuestas para desligar al gobierno del crimen organizado, para reforzar los organismos autónomos y la independencia de los tres Poderes y para impedir que el Poder Ejecutivo presente y futuro maneje los recursos públicos a su antojo, continúe con la corrupción, y destituir de inmediato a quien así lo haga.

Si así lo hacen, aunque saben que no pasarán, porque obviamente Morena no lo aprobará, al menos dejarán en la mente de los votantes un discurso alternativo en contra de la corrupción y en favor de la democracia, un discurso de propuestas para combatir el crimen organizado, para impedir el despilfarro del dinero de nuestros impuestos en obras que no demuestren viabilidad social, operativa y financiera, en suma, propuestas que impidan al Poder Ejecutivo hacer pendejadas.

La alianza opositora no me ha pedido consejo, pero de cualquier manera se lo doy. Para que todos sus candidatos repunten y lleguen a ganar la próxima elección y/o la mayoría en el Congreso, necesitan actuar con la misma malicia y sagacidad del Presidente y los marrulleros de Morena, con un discurso que contrarreste la idea de que el Presidente y los representantes de la 4T son los salvadores del pueblo, los políticos honestos que se presentan a sí mismos como luchadores sociales y paladines de los pobres, y que todos sabemos no son.

Disculpen lo soez, pero no hay mejor manera de decirlo: la oposición enfrenta a un animal político que es sagaz o cabrón, como lo quieran ver. Y cuando en la vida nos topamos con cabrones, lo que hay que aplicar es el dicho que dice: "para cabrón, cabrón y medio". Y estoy seguro de que entre las filas de los partidos que conforman la alianza opositora hay suficientes cabrones completos para elucubrar estrategias que pongan en la mente de los votantes un discurso alternativo que haga ver al Presidente, a Morena y a sus candidatos como lo que son: una mafia corrupta, incapaz y manipuladora que se aprovecha del hartazgo de todos, especialmente de los más pobres, para venderles espejitos de bienestar y la esperanza de un México tan próspero y eficiente como Dinamarca.

"Es más fácil vender proyectos
que realidades".

Yo