Think Tanks
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La contratación de asesores del gobierno es un asunto que merece reflexión.En pasadas legislaturas, los empleados de las oficinas de los diputados federales, no pasaban de 60, para el 2014 había ya 477 personas asistiendo a 26 diputados y en el 2015, no se la cantidad, pero la bolsa para asesores aumentó de 314 a 441 millones al año.

La necesidad de contratar asesores encuentra justificación en que un político no puede ser especialista en todo y necesita de expertos que le guíen y le aporten información, técnicas o procedimientos desconocidos para ellos, así como diferentes puntos de vista sobre la mejor manera de resolver los problemas y las necesidades de los ciudadanos.

Lo malo es que muchos de estos "asesores" son contratados solo con el propósito de pagar favores recibidos, o para que los políticos mantengan a su alrededor y a costa de todos, un equipo leal y cómplice a sus intereses, y con el que puedan operar sus negocios, la venta de influencias y cuanta tropelía y contubernio se les ocurra.

Tal es el abuso, que hijos, novias y hasta choferes de diputados y senadores ocupan puestos y cobran como asesores.

Haciendo a un lado a los "asesores patito” y que según yo son los más, hay asesores realmente capaces y profesionales que cumplen una importante función, por lo que de ninguna manera discuto o me opongo a la existencia de asesores o consultores especializados, quienes al ser expertos en determinados temas, pueden opinar con conocimiento de causa y mejor que nadie, acerca de los beneficios o perjuicios que una decisión compleja, una nueva ley o política pública pueden acarrear y acerca de todo lo que es necesario hacer para las iniciativas produzcan los resultados esperados. .

Pero no todas las decisiones son de carácter técnico, científico o económico, hay otro tipo de decisiones que tienen que ver con la definición de políticas públicas que afectan para bien o para mal, el futuro de una sociedad.

Y en este campo, es donde menos asesorías se buscan y menos talento es contratado.

Dirán que estoy loco, pero yo agregaría a la lista de asesores a filósofos y pensadores contemporáneos, la especialidad de la inteligencia y el sentido común independiente y capaz de orientar a los gobiernos y a los legisladores en el rumbo que como sociedad debemos tomar, sobre todo porque el rumbo actual parece dirigirnos a un precipicio.

La manera como todos nos podemos beneficiar de las ideas y pensamientos de otros, es conformando lo que en países de habla inglesa se conoce como “Think Tanks”, y que si bien literalmente se traduciría como “Tanques de Pensamiento” su concepto y función se entiende mejor definiéndolos como “grupos de investigación, análisis y combate” o “laboratorios de ideas”.

Tan solo en los Estados Unidos, hay actualmente unos 1,500 diferentes Think Tanks especializados en investigaciones políticas, unos independientes, otros afiliados a distintas universidades, partidos políticos y grupos de interés. (Lobbys)

El resultado del trabajo de los Think Tanks, son consejos y directrices que posteriormente los partidos políticos, los gobiernos, las empresas y organizaciones sociales, pueden utilizar en cada uno de sus ámbitos.

Al estar formados por expertos e intelectuales multidisciplinares, las recomendaciones de los Think Tanks, tienen peso importante en la política y en la opinión pública, fortalecen el diálogo y el debate en temas trascendentales y legitiman (o descalifican si son independientes) las narrativas y políticas adoptadas por los gobiernos en turno, o los de oposición.

Las actividades de un Think Tank, son un balance entre la investigación, el análisis y los alcances posibles, y ayudan tanto al gobierno como a la sociedad, a entender y a tomar decisiones informadas, evitando que las mentiras, las verdades a medias, el marketing político o el carisma de líderes populistas (en el sentido demagógico que en español tiene) arrebaten el voto de mayorías desinformadas y lo usen en contra de del interés y bienestar de todo un país. (¿Les hace ruido Venezuela, el Brexit o Trump?)

“El mejor argumento en contra de la democracia es una plática de cinco minutos con el votante promedio” W. Churchill.