Ignorancia supina

Ignorancia supina

Hay innumerables ejemplos de la ineptitud e ignorancia de funcionarios públicos, representantes y aliados de la 4T de todos los niveles. Presidentes municipales, diputados, senadores, y hasta secretarios de Estado hacen el ridículo todos los días con discursos y argumentaciones que dan vergüenza y nos hacen ver a los mexicanos y a México como un país bananero, de juguete, que no merece tomarse en serio.

Los más recientes ejemplos de esta ignorancia supina los vi en un video de Latinus (Carlos Loret) que mostraba tres vergonzosos ejemplos que exhiben esto que menciono. En https://shorturl.at/bkKOX pueden ver el video.

El primer ejemplo mostraba a la canciller mexicana, Alicia Bárcena, cuando en su comparecencia en el Senado, al referirse y opinar acerca de la guerra en el Medio Oriente dijo que "Israel hizo una incursión en Hezbolá". Obviamente no sabe ni entiende lo que habla porque Hezbolá no es un lugar, un territorio o país al que se pueda "incursionar", sino un grupo terrorista y partido político (Partido de Dios). Dijo además que Irán es un gobierno "que tiene realmente (sic) armas nucleares", cosa que no es cierta, a menos que ella tenga mejor información que los servicios de inteligencia de Estados Unidos. La canciller mexicana, la representante de México ante el mundo, se atreve a opinar y hasta definir la posición del país frente a un conflicto internacional, sin siquiera saber de quién habla.

El segundo ejemplo fue de la diputada Dionicia Vázquez, del PT, partido aliado de Morena, quien al desbordarse en halagos al Presidente y a su Tren Maya, dijo que se trata de un tren de turismo y otro de carga que "va a hacer un recorrido desde el Istmo de Tehuantepec hasta el Canal de Panamá". Sí, leyó usted bien, según ella el Tren Maya llegará hasta Panamá.

Tampoco tiene la más mínima idea de lo que habla, no conoce ni siquiera la geografía de América y revuelve similitudes -que seguramente en algún lado escuchó, pero no entendió- entre lo que será el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, que conectará el océano Atlántico con el Pacífico por medio de trenes, y el Canal de Panamá, que en aquel país los conecta por medio de barcos. Y para ensalzar aún más el proyecto del Tren Maya que llegará "hasta Panamá" dijo: "ustedes no saben qué obra tan magnífica es" (sic).

Y el tercer ejemplo fue cuando el diputado morenista Javier Borrego, en alusión al Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, felicitó, sí, "felicitó" a todas las mujeres de México por su día. No entiende el significado de esta fecha. Cree que porque es un día que tiene que ver con las mujeres (por las mamas, no por el cáncer) se les puede "felicitar" como si fuera el Día de las Madres.

La única razón que encuentro para explicar por qué millones de personas apoyan a Morena, al Presidente y a sus ignorantes, pero leales, lacayos -a pesar de las incontrovertibles muestras de incapacidad, ignorancia, corrupción y falta de respeto a las leyes y principios democráticos- es que, el odio y el resentimiento a los partidos políticos y funcionarios públicos del pasado, y en especial hacia los mexicanos más educados y exitosos es tal, que les nubla la razón.

Y si alguien se ha encargado, como nadie antes, de exacerbar esos odios y resentimientos, de dividir al país es el Presidente.

El apoyo que les dan no es incondicional, es irracional.

No importa que los funcionarios públicos actuales roben igual o más que los anteriores; no importa que ladrones y delincuentes del pasado ocupen puestos de alto nivel en el presente; no importa que el Presidente mienta todos los días, que haga lo contrario a lo que prometió en campaña, que diga que no va a endeudar al país y lo endeude; que despilfarre el dinero de nuestros impuestos en proyectos inviables, que haya militarizado el país, etcétera. No importa nada, ni los resultados ni la verdad. Mientras los ineptos y corruptos pertenezcan o apoyen a la 4T, están perdonados; mientras los que se quejen sean los más educados, las clases medias y altas, continuar en la pobreza y la mediocridad habrá valido la pena.

Creo que la explicación al inexplicable apoyo a la ineptitud y la nueva corrupción es que se trata, como dice el refrán, de millones de tontos que encuentran consuelo en el mal de muchos.

"Pobre del pobre que prefiere hacer pobre al rico que rico al pobre".

Yo