Sociedad de mirones
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Me parece un absurdo ver que conductores de vehículos infrinjan leyes y reglamentos de tránsito en la cara de policías municipales y estos no hagan nada para impedirlo o sancionarlos. Además de que ya casi no se ven policías de tránsito por las calles, las otras policías, que circulan por la Ciudad en sus patrullas (que ahora son "pickups", como si los delincuentes fuesen ganado o mercancía), se hacen de la vista gorda cada vez que ven a alguien pasarse un semáforo en rojo, estacionarse en la banqueta, circular en sentido contrario o conducir a exceso de velocidad. Y si les pedimos que intervengan o multen a los infractores, nos contestan como lo hacen los malos meseros diciendo algo como "esa mesa no me toca", porque a los policías municipales no les toca infraccionar ni aplicar las leyes de tránsito, de la misma manera que a los policías viales no les toca intervenir si alguien roba una casa o asalta un banco. El resultado de este sistema de división de facultades y competencias es que los ciudadanos contamos con la policía sólo cuando la comisión de un delito o la violación a un reglamento de tránsito ocurre frente a la policía adecuada. Podemos pasarnos un alto frente a un policía municipal y podemos atracar un negocio frente a un policía vial sin miedo a ser detenidos. Y luego nos preguntamos por qué hay tanta impunidad. ¿No sería bueno, lógico y eficiente que la policía, independientemente de la corporación a la que pertenezca, se encargue del cumplimiento de todas las leyes y no sólo de unas? Un policía, por definición, es el encargado de la vigilancia y buen orden de una localidad. Por eso les llaman vigilantes. Sin embargo parece que para la policía "vigilar" se limita exclusivamente a observar, pues solo actúan si lo observado cae dentro de su esfera de competencia, lo cual es un desperdicio absurdo del recurso humano y del presupuesto destinado a las labores policiacas. ¿De qué sirve a la sociedad tener policías que sólo "observan" violaciones a distintas leyes y reglamentos y hacen nada al respecto? Las labores de vigilancia sólo sirven si se actúa en consecuencia a lo observado. El orden, seguridad y tranquilidad de los ciudadanos se ponen en riesgo no sólo con la comisión de delitos de alto impacto en los que a los policías municipales sí "les toca" intervenir. Nuestra seguridad y tranquilidad también se ve comprometida cuando alguien conduce un automóvil a exceso de velocidad, en sentido contrario o se sube a las banquetas. Creo que la policía en general, independientemente del color de sus uniformes, debería estar capacitada, facultada y dispuesta a intervenir en todos los asuntos que violen cualquier ley o reglamento, o que alteren la paz y el orden, porque lo que tenemos hoy son un montón de policías mirones. Policías viales mirando pasar delincuentes, y policías municipales, estatales y federales mirando los abusos y la imprudencia de automovilistas irresponsables. Y para mirones ya estamos todos los ciudadanos, quienes además de mirar y callar todo lo malo que pasa a nuestro alrededor, debiéramos denunciar cuando sea el caso, si es que tenemos la suerte de toparnos con un policía de la corporación adecuada. Así como ahora el 911 atiende cualquier tipo de emergencia, cualquier policía debiera atender cualquier tipo de delito o infracción. La separación de funciones de la policía, además de que no es práctica, es el reflejo de una sociedad en la que todos buscan pertenecer a alguna "clase" superior o privilegiada. Un policía de uniforme azul, y no se diga de color negro, considera una rebaja a su "estatus profesional" el levantar una infracción de tránsito; ese trabajo le corresponde a una clase "inferior" de servidores públicos. Ellos sólo están para atender delitos más serios y peligrosos, como si no fuera serio y peligroso el que alguien circule a 200 km/h por una avenida de la Ciudad. La verdad es que nos hemos convertido en una sociedad de mirones, en la que policías, gobernantes y ciudadanos somos incapaces de actuar en consecuencia a lo que miramos y sabemos que está mal. Diría que somos la conjugación perfecta del verbo mirar:  Yo miro, tú miras, él mira, nosotros miramos, ellos miran, y todos nos jodemos.

"Miradas que matan, ardientes pupilas...".