Ratas vs. serpientes emplumadas

Ratas vs. serpientes emplumadas
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Unas horas antes del partido por el título de la liga mexicana de futbol recibí en mi teléfono un "meme" con la siguiente pregunta: "¿Alguien sabe si Animal Planet transmitirá el Chivas-Tigres?".Debo reconocer que antes del juego pensé que el resultado sería el que todos esperarían ver si una manada de tigres ataca a un rebaño de chivas.El resultado fue otro, debido obviamente a que los animales-mascotas elegidos por los distintos equipos de futbol como representantes visuales son solo símbolos que se utilizan para identificarlos y diferenciarlos entre sí, y las habilidades y características físicas de los animales-insignia nada tienen que ver con las de los jugadores que salen a la cancha a disputar un partido ni con las de sus seguidores. Es una metáfora decir que las "chivas" del Guadalajara mostraron "garras" y "colmillos" de tigre. Lo rescatable de esta fiera metáfora lo dijo Jorge Vergara, propietario del equipo Guadalajara, luego de haber obtenido su doceavo título de campeón con un equipo que confiando en el talento nacional juega solo con mexicanos: "Al País le damos un mensaje muy claro: si queremos cambiar al País, se puede lograr. Pero debemos convencernos de que se puede hacer entre todos". Y esto es lo que quiero destacar en este espacio: Los mexicanos tenemos la capacidad, talento y "garra" necesarias para salir airosos de lo que sea, donde sea y frente a quien sea (si fuésemos algún animal, seríamos pericos, pero no por habladores, sino porque dondequiera somos verdes). Esa es nuestra verdadera mexicanidad, y no la imagen de humildes, ignorantes o corruptos que se nos ha endilgado, en muchos casos con justa razón. Podemos cambiar al País, podemos vencer a quienes se oponen a un México honesto y respetuoso de la ley y el orden. Siguiendo con las analogías futboleras, que en estos días son las que más sentido hacen, el acérrimo rival de los mexicanos, el equipo a vencer, es el conformado por la clase política tradicional y corrupta, cuyo fichaje es controlado por la Federación Mexicana de Partidos Políticos (FMPP). Tenemos identificado al rival, conocemos su estilo de juego, sabemos que tiene comprado al árbitro, y su mascota es una "rata". Nuestro equipo, en el que todos debemos jugar, al que todos debemos "irle", es el de los Mexicanos, y su mascota-insignia no debe ser Pique, ese "chile" estereotipado con sombrero de mariachi utilizado en la Copa Mundial de Futbol 1986, ni Juanito, el niño con sombrero de campesino utilizado como "mascota" para el mundial de 1970. Para empezar, los mexicanos no somos mascotas. Somos personas, y como tales no debemos ridiculizarnos frente al mundo como botargas. El animal-insignia que yo escogería para representar a los mexicanos, no sólo en el futbol, sino como parte de la mística nacional, y que sirviera además de amuleto o talismán para atraer la buena suerte a todos los que creen en ella, sería Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada. La Serpiente Emplumada es un ideal superior que representa la dualidad inherente a la condición humana: la "serpiente", que es el cuerpo físico con sus limitaciones (nuestra realidad diría yo), y las "plumas", que representan los principios espirituales. Quetzalcóatl era el título de los sacerdotes supremos de la religión tolteca. La Serpiente Emplumada debiera ser la mascota nacional que frente a propios y extraños, represente los ideales, poderío y orgullo de los mexicanos. Con lo que me quedo de esta gran final Chivas-Tigres no son los goles, o la polémica de un penal no marcado, y ni siquiera la alegría temporal del triunfo de un equipo al "que le voy", no como resultado de algún análisis racional, sino porque así se construyeron las emociones y afinidades en mi niñez tapatía; con lo que me quedo es con la convicción de que los mexicanos somos capaces de superar las adversidades. El próximo año es crucial para México. La próxima Liguilla será de todos contra las Ratas. Y emulando a las Chivas, en el equipo de las Serpientes Emplumadas sólo deben poder jugar mexicanos honestos y comprometidos, y de entre ellos debemos elegir y apoyar al capitán del equipo, al sacerdote supremo capaz de liderar este País y encaminarlo hacia la reconstrucción de la sociedad de Quetzalcóatl. "Let's make Mexico great again!". Yo