Narcoamnistía
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La idea de López Obrador (AMLO) de ofrecer una "amnistía" a los narcotraficantes, para con eso -según él- pacificar el País es, por decir lo menos, una tontería. Esto es lo que dijo: "(...) vamos a convocar a un diálogo para que se otorgue amnistía, siempre y cuando se cuente con el apoyo de las víctimas", agregando luego "con el apoyo de los familiares de las víctimas".

Supongo que añadió esto último al darse cuenta que es imposible obtener apoyo de las víctimas, porque la mayoría están muertas.

AMLO no distingue (¿o no sabe?) la enorme diferencia que hay entre otorgar una amnistía a sicarios y capos del narcotráfico, y a líderes de movimientos políticos o miembros de ejércitos revolucionarios, como la amnistía otorgada a las FARC en Colombia que además sólo aplica a quienes cometieron delitos menores, y nunca a criminales que han asesinado y descuartizado a miles de personas.

Si la violencia en el País se debe principalmente a las narcoactividades, haría más sentido analizar los pros y contras de la legalización de las drogas como medio para pacificar el País que analizar el indulto a criminales presos, lo cual más que una amnistía, sería un vil intercambio de impunidades.

Cuando los reporteros que sí son capaces de cuestionar y rebatir con argumentos las ocurrencias le preguntaron a AMLO si esta amnistía de que habla alcanzaría a los líderes de los cárteles, su respuesta fue: "Vamos a plantearlo. Lo estoy analizando. Lo que sí les puedo decir es que no va a quedarse ningún tema sin ser abordado, si se trata de garantizar la paz y la tranquilidad".

Las frases "lo estoy analizando" y "vamos a plantearlo" son muy reveladoras de quién es AMLO y cómo piensa.

La primera ("lo estoy analizando") revela que es él solo el que hace y deshace, y que la democracia y las instituciones le importan poco o nada. Como lo haría un dictador, él no propone, él decreta.

En la segunda frase ("vamos a plantearlo"), el plural que usa no lo percibo como un plural democrático o incluyente, sino como el plural mayestático que se comenzó a usar en la edad media por reyes y papas.

El plural mayestático, o "plural de majestad", consiste en referirse a uno mismo, sea hablante o escritor, mediante el uso de la primera persona del plural y usando el pronombre "nos", en sustitución de "yo", imitando el estilo lingüístico de los reyes y altos jerarcas de Iglesia, que se expresan en plural (hemos decidido otorgarle a...).

Hoy en día, la clase política utiliza este modo de hablar para ya sea diluir responsabilidades a la hora de tomar ciertas decisiones, o bien para dar la impresión de que sus ideas son apoyadas por los demás ciudadanos.

No confundamos el plural mayestático de AMLO con el plural de modestia que se emplea cuando alguien quiere no darse importancia, y que es utilizado por los mexicanos más humildes. La primera vez que identifiqué este modesto modo de hablar, fue cuando un pintor que había contratado para un trabajo me pidió un anticipo diciéndome: "¿nos da pa'l material?". Y como cuántos pintores serían, me pregunté yo, pues yo sólo lo veía a él y sin embargo me hablaba en plural.

Regresando al tema de la amnistía, es obvio que una eventual liberación de capos sería el resultado de negociaciones directas con ellos, por lo que las preguntas que AMLO debiera hacerse y responder antes de siquiera proponer semejante plan, serían: ¿qué pedirían los narcos a cambio de pacificar el País -asumiendo por supuesto que son capaces de garantizar la paz, lo cual es bastante cuestionable- y qué estaría el gobierno, en manos de AMLO, dispuesto a ofrecer a cambio?

¿Simplemente los perdonaría y dejaría en libertad a cambio de promesas de no violencia, que pueden ser tan vacías y falsas como sus propias promesas? ¿Seguirían operando sus narconegocios? ¿Los perdonaría y les incautaría todos sus bienes, es decir, los dejaría libres y pobres como empezaron, o terminarían libres y ricos?

Todo esto y muchas cosas más relacionadas con la complejidad de otorgar una amnistía confirman que de AMLO sólo se pueden esperar ocurrencias y utopías, y que a cada uno de nosotros nos dirá siempre lo que queremos oír con tal de ganar votos.

"Todo dictador es enemigo de la libertad, y un opositor a la ley". Demóstenes